28 ago 2007

Columna Comcomics 15

Esta es la columna semanal que escribo para el blog de La Comunidad Coleccionistas de Comics: Comcomics, hazla tuya cada Martes.


HA/AH: ESTOY CON UN ESTÚPIDO


El mejor amigo de Spider-Man dentro de la comunidad heroica, es sin duda alguna Johnny Storm, la Antorcha Humana, sin embargo esta amistad tardo años en forjarse, pues en un principio este par de héroes se detestaban, llegando a hacerse uno al otro bromas verdaderamente pesadas, al pasar el tiempo llegaron a compartir aventuras (Y títulos), llegando a conocerse a fondo y finalmente volverse grandes amigos, aunque curiosamente a pesar de ser tan unidos Spider-Man nunca le había revelado su verdadera identidad.


Es justamente las etapas de esta relación que se muestra dentro de la miniserie Spider-Man/Human Torch: I’m whit stupid (HA/AH: Estoy con un estupido) guionizada por Dan Slott y dibujada por Ty Templeton, por cierto, “I’m whit Stupid” es una frase popular en USA usada en camisetas, algo parecido ocurre en nuestro país con las camisetas que llevan “frases ingeniosas” y no tiene ningún sentido despectivo, mas bien de broma.


El primer numero nos coloca en su adolescencia, en sus primeros años héroes, donde Johnny Storm harto de que Spider-Man acapare las portadas del clarín (Aunque sea en forma negativa) decide contratar a Peter Parker como su fotógrafo personal y para obtener la primera plana decide ir a la embajada de Latveria a buscar pelea con el Dr. Doom, con pésimos resultados para la Antorcha.


En el segundo numero vemos a Peter siendo novio de Gwen Stacy y Johnny de Cristal, ambos deciden intercambiar papeles, esta vez le toca a la antorcha detener a unos traficantes, mientras Spider-Man acompaña al resto de los 4 Fantásticos a una misión a otra dimensión, sobra decir que la arruina totalmente.


La trama del tercer numero ocurre poco después de la muerte de Gwen y de la partida de Crystal a la ciudad e los inhumanos, Spidey va con la Antorcha para que le enseñe a conducir el Spider-Móvil y terminan envueltos en una pelea con el Fantasma Rojo y sus Supersimios, en este numero hay chiste local sobre una barras de fruta, ya que Marvel en aquella época de verdad presto a sus personajes para hacer comerciales de ellas.


El cuarto numero ocurre después de las guerras secretas, She-Hulk recién se unía a los 4F y Spider-Man compartía sus aventuras con la Gata Negra y usaba el traje negro que trajo del planeta del Eterno, la Gata quiere que la ayude a entrar a la embajada de Wakanda para robar una mascara tribal, Peter se niega pero la Antorcha que casualmente pasaba por la azotea donde discutían decide ayudarla a entrar, por lo que Spider-Man trata de detenerlos.


El quinto y ultimo numero ocurre en la época actual, Spider-Man por fin le revela a la Antorcha Humana que es Peter Parker, Johnny se siente ofendido que en tantos años nunca le dijera quien era a pesar de otros héroes si, le confiesa que siempre lo ha envidiado por tener a su tía que cuido de el, por ser un fotógrafo de éxito, por ser un genio científico y por las mujeres que ha tenido, a su vez Spidey le dice que el también le envidia por ser famoso, querido por la gente, por vivir grandes aventuras y por no tener tantas responsabilidades, finalmente hacen las pases hacen las pases y deciden después de tanto tiempo como amigos ya es tiempo que sus familias se conozcan y convivan de verdad.


Tal ves esta miniserie no sea un parteaguas en la historia de los personajes, ni tampoco es una obra trascendental en el mundo del comic, pero vale mucho la pena ya que nos recuerda porque los comics son divertidos, la historia es muy buena, Slott no solo no ignora la continuidad, por el contrario toma elementos de ella y la refuerza, es recomendable aun para el que sabe poco de la historia de los personajes y para el que sea fan, encontrara una gran cantidad de guiños y referencias a través de la obra, además como un extra, cada numero es ilustrado por Templeton al estilo del dibujante de la época en la que se ambienta, léase Steve Ditko, John Romita o Ross Andru sin perder el estilo propio.

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